Se apunta al gimnasio y no va nunca
El día que el barcelonés de verdad decide que ha llegado el momento de hacer deporte sí o sí, la primera idea es apuntarse al gimnasio. Típico. Dicen que los humanos son el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pues ellos son el vivo ejemplo. Lo han intentado de todas las maneras posibles: un centro al lado del trabajo, otro cerca de casa, un gimnasio en el quinto pino pero donde acudirá con dos amigos del alma... Nada. Todavía, sin embargo, no se ha dado por vencido y, ahora, para ahorrar, se ha cogido la tarifa de 7 a 9 de la mañana y se ha prometido que irá cada día antes del trabajo. Lo ve totalmente factible. Pobre iluso.