Propuesta poética sobre el saber estimarse, en la que un hombre y una mujer viajan desde la muerte hasta el amor. Acompañados por el sonido grave del viento en el metal, La desnudez responde a este lugar de intimidad, donde ya no existen las preguntas: la belleza se encuentra en la desnudez misma. Es una danza que destruye y, sin embargo, construye algo muy líquido, de acuerdo con la sociedad moderna.
Dirección, coreografía y espacio: Daniel Abreu. Intérpretes: Dácil González, Daniel Abreu.