Bailando con sapos que no llegan a convertirse nunca en príncipes, como "todos los cuentos donde la princesa besa esa cosa tan fea para que le salve la vida... ¡qué engaño! ¡Pero si siempre son iguales, por mucho que los beses!". Con esta indignación Sol Picó se adentra en el pantano de la masculinidad. "Hay cosas maravillosas de este mundo, faltaría más, y yo misma tengo una parte muy masculina, muy de "muchachito". Pero sin que suene a moralismo, hay que hacer una reflexión entre todos, hombres y mujeres también, por hablar desde de otro sitio, para relacionarnos de otra manera". Y dice cortante: "¡Y atención con la violencia! Para que esto es algo de tíos y punto. A la mínima lo arreglan todo con dos hostias."
Hace dos temporadas Sol Picó nos trajo 'We Women', una pieza sobre la mujer y el papel que ocupa hoy en el mundo. Ahora, con 'Dancing with Frogs', hace un espectáculo donde deja que la testosterona baile y se explaye a gusto... hasta que se agote a ella misma. "En la historia de la humanidad, el exceso de testosterona en general ha sido un problema y termina por ir en contra de los propios hombres". La fuerza y su exceso cara a cara. En el Mercat de les Flors se pueden ver ahora las dos caras del conflicto, "el ying y el yang" como dice Sol Picó.