1. Habla de cosas muy nuestras
La urbanización donde viven los Jordis es en el Vallés Occidental, o sea, que no están en Barcelona ni tampoco en las comarcas interiores, a medio camino entre el cosmopolitismo de la capital y la lejanía del estrés de la gran ciudad. Por lo tanto, es una obra muy catalana en el sentido de que hay una mezcla entre raíces y diversidad, un diálogo entre generaciones y formas diversas de ver la vida, el futuro y sentir las cosas, lo que hoy se diría muy transversal, y que es lo que muchas familias viven. Más allá de la proximidad cultural, es una obra que habla sobre ideales y problemas universales, una exploración del alma de la gente normal. O sea, que habla de nosotros.