1. Estreno mundial de una nueva producción
La escenografía, simbólica, espectacular y dominada por una forma circular que reacciona ante el argumento cambiando de color, ha sido diseñada por Hartmut Schörghofer a las órdenes del director de escena, Dmitry Bertman, y debe entenderse en un sentido metafórico: se trata de un gran túnel que conecta diferentes mundos, y que reproduce la tragedia del amor. El desarrollo tecnológico es importante, y aunque es una ópera que no figura en la parte alta del listado de representaciones mundiales, es un argumento suficiente para ir al teatro: el espectáculo estará delante de la vista como envolviendo al oído. En la producción que podremos ver en el Liceo participan también tres teatros más: el Helikon Opera de Moscú, la Opéra National Burdeos y el Staatstheater Nürnberg. Fue, sin embargo, el Liceo la institución que dio el primer paso para rescatar este título, que era una ausencia importante en el teatro, y más conociendo la extensa relación que ha existido en el Liceo con la ópera rusa del siglo XIX.