Casa Perris

Hay quien trabaja en silencio, sin hacer aspavientos. Quien construye desde la base. Como un edificio, un negocio es un proyecto con fundamentos, ideas y dedicación. Josep Maria Teix tiene una determinación, lo que la tierra, dura y agradecida, enseña. Con el nombre de una casa solariega de la Segarra, can Perris, ha cogido el relevo de un establecimiento que abrió en el Born recién acabada la Guerra. Casa Perris vende, sobre todo, frutas secas, cereales y legumbres. Una de las especialidades son las harinas para hacerse el pan en casa, una parte de las cuales son de cultivo ecológico, de productores de todo el país. Harinas que llegan cada semana recién molidas. Los tostados y los fritos de las frutas secas son elaboración de la casa. Todo se vende al por menor; pero no es una tienda de las que se han apuntado a la moda del granel. La filosofía “es la calidad del producto (fresco), el precio (ajustado) y el origen (proximidad)”, dice Teix. La almendra procede de las Garrigues, la avellana de la Espluga de Francolí y las nueces de Lleida. Aspira, dice Teix, a ser “un almacén de producto nacional; porque no vendemos de todo, al contrario, seleccionamos mucho”. Casa Perris ha roto con las limitaciones del kilo de frutas secas o tres kilos de legumbres que exigía el anterior negocio. Del antiguo establecimiento han conservado la forma de presentar el producto: en sacos. Para las harinas utilizan cajones de madera. Quienes atienden llevan delantales de arpillera. Quieren ser un nexo entre campo y ciudad. Y delante, en el Born, se escenifica la historia.