Aquí son especialistas en el revuelto Gramajo, un plato eminentemente de Buenos Aires, si bien, según la leyenda, se creó en el desierto patagónico a partir de la petición de un coronel que participaba en la campaña que masacró la mayoría de indios. Son patatas fritas cortadas como palitos finos, con jamón dulce en rodajas o en dados y huevos rotos. Agustina, chef de Parodia, lo prepara muy bien y es uno de los pocos restaurantes que sirven este plato de mucha aceptación no sólo por los habitantes del Río de la Plata sino también por los turistas españoles, a quienes les recuerda los huevos fritos de Casa Lucio de Madrid.