Los mejores nuevos menús

Ofertas de mediodía inmejorables

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"Termínate la comida, como se nota que no has pasado una guerra, niño", me decía mi abuelo antes del ahora añorado contacto humano, entre la caricia y la colleja. Bien, ya hemos llegado: la Tercera Guerra Mundial es económica, no es ningún secreto. Pero en vez de teorizar sobre la actual ley marcial decretada por los mercados, preferimos descubriros tres nuevos restaurantes con menús de mediodía que ofrecen mucho por muy poco: tres buenas direcciones para que los trabajadores resistan y disfruten en el descanso de la trinchera del mediodía, receso del proletario (los jefes tienen comidas de trabajo).

Cocina de reciclaje
La especulación de materia prima en tiempos de guerra tiene castigos muy duros. En cualquier caso, el Ofis, abierto recientemente delante de la Filmoteca, está fuera de sospecha. Si esto fuera un film de Peckinpah, el Ofis merecería la Cruz del Hierro al mejor menú. Hace poco tiempo que han abierto, pero en la visita que les hicimos un mediodía -tienen horario de currantes, de 8 a 18 h- parece que lleven implantados años. Normal: el Ofis -donde estaba el amigo y desaparecido Sta. Mònium- es la versión diurna de la coctelería vecina, Sifó. Pablo Antico, propietario del invento y argentino, como el chef y socio Jorge Runnacles, me hace este símil futbolístico. "Con unos platos ganas, con otros empatas, y con otros pierdes. Pero eso sí, intentamos trabajar con coherencia y honestidad".

Asegura que lo único que no es casero "es el yogur, porque no podemos tener la vaca detrás".  La fórmula del menú es de juego libre. Seis platos, para escoger libremente dos, sin restricciones de primero y segundo, con una copa de buen vino incluido y postres impecables. Paisaje de fondo italoargentino con un primer plato creativo que multiplica por dos una relación calidad-precio cojonuda. ¡Diez euros! Sí, los más brutos podéis optar por pizza y vació de ternera -carne tierna, deliciosa-, pero también por verduritas salteadas con soja y la clásica vitel toné, el rosbif de ternera con sala tártara.

Imaginación y reciclaje: "Algunos macarrones de menú dan miedo. Nosotros procuramos añadir, además, calidad, nuestro sentido del humor y un poco de ideología". En el segundo apartado, la contraseña del Wi-Fi: Rajoy dimisión. En el primero, la macarrosaña: pantagruélicos macarrones gratinados con capas de verdura. ¿Reciclaje, decíamos? El delicioso look del local está hecho con muebles de aquí y de allá, y ciertos platos, también: una ensalada con vinagreta de fruta madura, o un yogur con ralladura de brownie seco. ¿Ofis? ¡Oficio!

Elige tu menú
Sergi Canals tiene un poco de presión encima: llenar el agujero del entrañable Monty Café en la calle de la Riera de Sant Miquel. Más que por la excelencia del nombrado, por la sucesión de buenos menús de mediodía que encontramos en la calle. Lo ha superado desmarcándose: este joven cocinero, con mucha mili -formación en el CETT, estancias en el Omm y el Txakolín, experiencia en cocinas japonesas e italiana, por citar algunas-, ha sublimado estas influencias en una carta de 'veintipocos' platos meditados y ejecutados con precisión. "Buscamos el punto divertido en cada plato y que todo tenga su gracia", explica.

Con un pie en la creatividad y el otro en el menú nuestro de cada día y el buen producto a precio de ganga, Canals ha repensado el menú y ofrece una bebida gratis cada dos tapas. De facto, un menú de mediodía donde por 13,50 euros nos comemos unas croquetas caseras de jamón estratosféricas, mejillones con crema de anís y alitas de pollo al tandori.

La mayoría de los platos son ligeros y frescos, aunque Canals tiene un must impagable, de contundencia implacable: las albóndigas de pollo con trufa, foie gras y parmentier de patata, brutales (7,10 euros). Y por unos 18 euros de nada, despliega toda la insolencia de su talento juvenil con un menú degustación de cuatro platos, postres, agua, vino y café. Que, ojo, también está disponible los sábados a mediodía.

Provocar buen rollo
La tercera parada la encontramos en la esquina de Ferlandina con Erasme de Janer, en el restaurante Imprevist. Los cruces son lugares telúricos, y hay que añadir que el restaurante es propiedad del escultor Josep Bofill. Después de unos años alquilado, Bofill ha vuelto a tomar las riendas del negocio. También la decoración: "Es un lugar eminentemente nocturno, pero la relajación que ofrece a mediodía es muy especial", me explica. Y es cierto: cada detalle -esculturas, manteles, mesas, sillas, iluminación- ha salido de su taller. Como las verduras, que salen de su huerto.

Bofill exclama que "como soy viejo, necesito juventud y energía". Esto se ha traducido en un equipo de cocina "provocativa, pero que provoca el buen rollo". Jóvenes chefs como Adrià Subirana y el brasileño Pedro Henrique (Hofmann y Gordon Ramsay, por citar algunos de sus ex jefes), que por la noche disponen una carta sin frivolidades -hallazgo, ¡calamares con romana de ajo negro!- y un menú de mediodía de 10,90 euros modélico, con opciones como una pasta a la carbonara -poco toque de leche, mas cebolla y puerro- y un zorzal al horno muy melosa con pimientos estofados, a parte de unas interesantes costillas de cerdo rebozadas con patatas chips. Todo servido con un tempo pausado, amistoso. "La inmediatez digital provoca la insatisfacción, y de aquí vienen las enfermedades sociales", sentencia el artista.

Información práctica

  • Argentina
  • El Raval
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Ofis
Ofis
Ofis es la versión diurna de la coctelería vecina, Sifón, dónde estaba el Srta. Monium. La fórmula del menú es de juego libre. Seis platos, para elegir libremente dos, sin restricciones de primero y segundo, con una copa de buen vino incluido y postres impecables. Paisaje de fondo italoargentino con un primer plato creativo que multiplica por dos una relación calidad-precio cojonuda. Diez euros! Sí, los muy cafres puede optar por pizza y vacío-carne tierna, deliciosa-, pero también para verduras salteadas con soja y la clásica vitel toné, el rosbif de ternera con salsa tártara
  • Cocina creativa
  • Vila de Gràcia
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Riera 29
Riera 29
Sergi Canals, todo un joven veterano de la cocina (Omm, Txakolin, restaurantes italianos y japoneses en todo el mundo) ha abierto Riera 29, un restaurante que nos reconcilia con la tan abusada etiqueta de tapas creativas: hay que probar platillos como las albóndigas de pollo con trufa, foie gras y parmentier de patata o el risotto de corazones de alcachofa confitada y queso ahumado. Las podéis probar en un asequible menú degustación de mediodía, o más caro y largo por la noche.
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  • Cocina creativa
  • El Raval
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Imprevist
Imprevist
El escultor Josep Bofill es propietario de este restaurante que vale la pena visitar: todo el interiorismo está hecho en base a obra suya. Al mediodía encontramos un fenomenal menú con delicatessen como pasta a la carbonara bien hecha, o costillas rebozadas con chips, y por la noche manda una carta con delicadezas imaginativas como los calamares en tempura de ajo negro, buenos arroces o un entrecot de Girona a la plancha bien hecho, todo a cargo de un equipo joven con experiencia en puestos de alto nivel. Las verduras son ecológicas, del huerto de la artista.
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