Mandacarú
©Irene FernándezMandacarú
©Irene Fernández

Jazz en el Poble-sec más profundo

Café Mandacarú, comida y activismo cultural

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Poble-sec es una zona gastrolúdica de primer orden, en rápida expansión de carácter horizontal. Y digo horizontal porque los grandes ejes que vertebran su oferta son calles como Blai o Elkano: de edificaciones bajas, donde la movida transcurre en barras horizontales, donde la gente come bien apretadita. Y donde después cambia de espacio para ir a hacer lo mismo al bar de la esquina. Esto es fantástico, pero en el barrio también se agradecen espacios verticales, con profundidad, donde poder estar un rato sin prisas ni codazos.

A esta categoría corresponde el Café Mandacarú, un restaurante de vocación nocturna y de exquisito activismo cultural. No es extraño: aunque se haya hecho una reforma del espacio bastante profunda, quien haya cenado en su anterior encarnación, el excelente tailandés Tivoli's Bistrot, verá que se respira la misma tranquilidad.

La propiedad del Mandacarú, directamente vinculada al mundo de la música y el diseño, prefiere no dar su nombre: "No somos nadie y esto es un proyecto paralelo a nuestros trabajos, todavía está en desarrollo", argumentan.

Jazz y cocina vegetariana
Se niegan a definirse como restaurante con música en vivo, como el tristemente desaparecido Bel·luna: "Esto te reduce mucho el abanico de actividades. Si te defines así, parece que condenes tu programación a ser un hilo musical", explican. Las actuaciones empiezan a las ocho y media de la tarde y distan mucho de ser un acompañamiento de los platos.

Y aunque todavía no tienen una programación estable definida, de jueves a viernes es susceptible la aparición en la tarima de formaciones muy potentes; su inauguración, el pasado 4 de abril, se celebró con una actuación del pianista Albert Sanz con el acompañamiento de Horacio Fumero (contrabajo), el saxofonista Bill McHenry, la cantante Carme Canela y la violonchelista Sandrine Robillard. Un all-star del circuito de clubes de jazz barcelonés, vaya.

Y a pesar de que aseguran que serán habituales las visitas de Fumero y de otros grandes músicos como el saxo tenor Fredrik Carlquist, la música brasileña también tendrá un peso específico, así como la presentación de libros y los recitales de poesía.

Otra singularidad nada menospreciable es que también programan conciertos de música clásica en pequeño formato, con dúos de piano y violonchelo, a primera hora de la tarde, una propuesta inédita en los locales nocturnos de Barcelona y que promete ser una delicia si la regularizan. Entre otras cosas, porque este espacio también se puede catalogar como vinoteca -manejan una carta de vinos con setenta referencias- y como restaurante vegetariano. Aunque prefieren no ponerse esta etiqueta: "Si miras la carta, verás que de facto es un restaurante vegetariano".

Pero la ausencia de seitán y tofu, y la profusión de recetas de cocina tradicional con un toque imaginativo -desde una carta breve y atractiva nos tientan fideuás de setas, croquetas, habitas a la menta, canelones de escalivada- hacen que ni lo pensemos.

Y última singularidad del Mandacarú: nos da la bienvenida un altísimo lienzo donde, en lugar de las fotos de familia, encontramos una impresionante colección de reproducciones de cuadros de Goya, Zurbarán y Murillo. Ni nombramos la palabra falsificación: son reproducciones.

Información práctica

  • El Poble-sec
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Un lugar que vale la pena: a medio camino entre un restaurante vegetariano-con una carta breve y atractiva, con fideuás de setas, croquetas de setas o habitas a la menta, por ejemplo-y un club de jazz, aquí podemos encontrar conciertos de jazz con músicos de primer nivel muy a menudo. E incluso de música clásica. También acoge presentaciones de libros, recitales de poesía y otras muestras de activismo cultural.
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