Las medidas draconianas del consejo de reducir la música en vivo en la ciudad han significado que el acogedor sótano de Dos Trece ya no acoja DJs ni 'jams sessions', pero funciona como otro comedor –esta vez con cojines y velas para descansar después de comer. Aparte de una pequeña 'confusión de fusión' (ceviche con nachos, y todo tipo de cosas servido con chips de yuca), la comida no está mal para el precio.
Además, ofrecen un brunch cada día de 10 a 17 h. y una opción vegana en el menú diario.