Dos productoras dedicadas al humor firman la idea original y cinco autores el guión. Mejor no mencionarlos. Entre ellos hay profesionales que han demostrado en otros proyectos de teatro y televisión su ingenio y solvencia como ficcionistas. En su peor día colectivo creyeron que 'Magical History Club' era un buen producto que merecía ser estrenado en el Coliseum. Craso error.
Las primeras risas que acompañan a una María Magdalena 'choni' son casi las últimas. Después vendrán Hitler –hay que ser Mel Brooks, Lubitsch o Chaplín para no resbalar con el personaje–, la Cleopatra pija, un Ghandi al borde del ataque de nervios y un traumatizado Sigmund Freud. Y ni los amigos invitados al estreno le encontraron la gracia al forzado desfile de figuras de la historia reciclados en torpes monologuistas. Imagínate los que tienen que pagar por lo mismo.