La raya de los ojos y las camisetas vintage son la firma y la marca más visible de este fenómeno inglés. Pero la música que hace es, sin duda, lo que perdura en la memoria colectiva. Danny Howells ha creado un sonido tech house progresivo, deep, sexy y futurístico que, a pesar de ser bien ecléctico, lo desmarca y diferencia del resto de sus contemporáneos.