Santiago Zannou hace su 'American history X'

'Alacrán enamorado' es la nueva película de 'El truco del manco'

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A Santiago Zannou le gusta explicar que decidió poner en marcha 'El truco del manco' después de conocer a El Langui, integrante de la formación de raperos madrileños del barrio de Pan Bendito La Excepción, en la discográfica de su hermano mayor. Tiene que ver con eso de crearse una mitología, una leyenda hecha de casualidades y destino. También dice que se le despertaron las ganas de hacer cine cuando este hermano, el de la discográfica, compuso la banda sonora de un corto. "Es que a un hermano se le deben siempre tantas cosas...", ríe, mientras me pone al día. Conocer sus orígenes es indispensable para entender que se embarcara en guión como el de 'Alacrán enamorado'.

A principios de los 70, su padre llegó a España exiliado de Benín, uno de los países más inestables de África Occidental después de una década entera de golpes de estado y revueltas. "Ser inmigrante de segunda generación deja cicatrices -asegura Zannou-. Este fue mi caso. En el colegio tenía que aguantar insultos y críticas. Me llamaban Choco Krispi, Nestlé, Cola Cao, o coses todavía peores, como caníbal". Así se explica que rodada 'Cara sucia', su primer corto, candidato a un Goya en el 2004. Y también que en el 2011 acompañara a su padre en una ruta por la tierra ancestral e hiciera un cuaderno de viaje que se convirtió en el documental 'La puerta de no retorno'.

Decíamos que 'El truco del manco' arrancó motores gracias a la amistad entre Zannou y El Langui, también conocido por el nombre de Juan Manuel Montilla. La producción de 'Alacrán enamorado' empezó de una forma similar. El factor clave, aquí, fue Carlos Bardem, autor de la novela homónima. "Me envió una carta, elogiando mis películas anteriores, y diciendo que, si me interesaba, tenía una cosa para mi -explica Zannou-. Recuerdo que le contesté con una nota muy pulcra y correcta, agradeciéndole su apoyo y su confianza. Me la devolvió con algo así como: tío, déjate de formalismos". Con este exabrupto, le hizo llegar el libro.

Neonazis, una logia fascista en un templo gótico, un club de boxeo y un chico racista que se entrena para dar palizas a moros. "Enseguida pensé en películas que me encantan, como 'Todos nos llamamos Alí' de Fassbinder", continúa Zannou. Se citó con Carlos Bardem una tarde. Se tomaron la cerveza con una ración de olivas antes de cenar y hablaron de la historia que tenían entre manos. Cuando acabaron el aperitivo, Carlos Bardem tenía un papel asignado, perfecto para sus aires de Danny Trejo en 'Machete': Carlomonte, el entrenador del gimnasio. Esto agilizó los contactos para fichar al otro Bardem, el famoso, para hacer de comandante de la bande de skins homicidas.

Zannou se crió en Carabanchel. "Si combinas los escenarios de mi infancia con la devoción que siento por directores de como Peckinpah y Fuller, te sale esta pelícual, que en el fondo no es otra cosa que una historia de autosuperación", explica. Entre el olor a feromonas, la sangre fresca del ring y las insignias fachas tatuadas por todas partes, Zannou nos presenta al personaje de Álex González, un chaval de la periferia con el cerebro corrompido por los himnos xenófobos que canta su hermano. Un poco Danny Vinyard a la española. "¡Pero con grueso y profundidad! -exclama Zannou-. No quisiera que vuestros lectores pensaran que es Martínez el Facha".

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