Darren Aronofsky. EUA, 2000. VOSE. 102'.
El segundo film de Darren Aronofsky es una experiencia desconcertante, alucinada por momentos, y totalmente imprescindible, donde la cámara se mueve haciendo que el espectador comparta el estado emocional de unos personajes con problemas de adicción a las drogas.