Pere Alberó. España, 2003. VE. 90 '.
Oliete, como muchos otros pueblos de Teruel, vio como se abandonaban sus casas durante los años setenta. Algunos de aquellos emigrantes, ya jubilados, han vuelto, pero el pueblo y las formas de vida con las que crecieron ya no están, apenas se perciben como un espejismo. Las generaciones que nacieron y vivieron en el marco de la civilización tradicional agrícola llegan al ocaso de sus vidas, y con ellas se extingue también una mirada diferente de la nuestra.