Richard Press. EEUU, 2010. VOSE. 84 '.
Cuando alguien se ponga a detallar todas aquellas cosas que dan mala fama a la gente de la moda -que si frívolos, que si superficiales, que si arribistas, que si consumistas- habrá recordarle que también existe Bill Cunningham. El fotógrafo del New York Times podría haber hecho un ejercicio de branding con su nombre, y más desde el estreno del documental, o haber canjeado sus excelentes contactos para un poco más de fama y de dinero, pero se ha preferido mantenerse siempre en un segundo o tercer plano y seguir haciendo lo que le gusta, hacer fotos en riguroso analógico en las calles de su ciudad y conseguir que la ropa tenga vida. El legendario crítico Rogert Ebert dijo de esta película cuando se estrenó en 2010 que lo hizo feliz cada minuto que pasó viéndola. No es por llevar la contraria al desaparecido Ebert, pero a ratos esa felicidad se mezcla con melancolía, cuando Cunningham habla o mejor no habla de su vida personal. Todo un asceta de la moda.