Los odiosos ocho

8 influencias de 'Los odiosos ocho'

Del 'spaghetti western' a la comedia, este es el ADN de la nueva película de Quentin Tarantino

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Vamos por partes, 'Los odiosos ocho', la octava película de Quentin Tarantino, trata de un grupo de machos cabrones y armados hasta los dientes que están encerrados en una cabaña de madera hecha un cromo, durante una tormenta de hielo. El clima es de tensión, desconfianza y sospecha, y cuatro balas por cerebro. Empieza en una carretera de Wyoming cubierta con cinco pies de nieve, con la imagen de un Cristo crucificado tallado con madera de nogal plantado a un lado del camino, acariciada por una cámara que sube en espiral y nos descubre el sonido de una diligencia que va ganando territorio. En algún momento quizá encontraréis vómito de vísceras y carne picada, pero esto lo dejamos para vuestro disfrute. Como bien sabéis, a Tarantino siempre le han gustado los juegos con los géneros y subgéneros, los homenajes y los guiños. Rodó una película de artes marciales como 'Kill Bill', y un 'grindhouse' en potencia titulado 'Death Proof', tributo al cine de explotación de violencia extrema y sangre marca Titanlux con el que se amamantó, décadas atrás. En el código genético de 'Los odiosos ocho' hay unas cuantas cintas célebres. Las descubrimos.

1. 'Reservoir dogs' (1992), de Quentin Tarantino

Esto empieza como un pez que se muerde la cola. 'Los odiosos ocho' es la octava película de Quentin Tarantino, y siempre ha dicho que cuando hubiera hecho diez lo dejaría. Con 52 años, el hombre que enfundó a Uma Thurman en un mono amarillo se encuentra en la recta final de su carrera. Y por eso de ganar pasta le ha dado por volver a los orígenes. En una entrevista con Jessica Hundley, Tarantino declaraba que su nuevo film le debe mucho a 'Reservoir dogs', en cuanto al escenario: un refugio seminal donde un grupo de machos en pleno estallido de testosterona se buscan las cosquillas a boca de cañón, con un ojo en la nuca dispuesto a abrir fuego contra cualquier traidor que ataque por la espalda.

2. 'La cosa' (1982), de John Carpenter

El círculo se va cerrando. Al mismo tiempo, 'Reservoir dogs' era una película muy inspirada en la cinta de terror más gélida de John Carpenter, aquella que pasaba en la Antártida durante el invierno del 82. Era una especie de 'La invasión de los ultracuerpos', en la cual un virus extraterrestre se metía dentro del organismo de unos científicos y, por la vía de la reproducción celular, se dedicaba a clonarlos genéticamente, con unos resultados equivocados. Al final, presos por el frío polar, crecía la desconfianza: ¿todos eran quienes decían ser, o un clon? Tarantino recupera el clima de sospecha de 'La cosa' en 'Los odioso ocho'. Y, además, le hace un doble guiño: el protagonista del film de Carpenter, Kurt Russell, hace de uno de los ocho, y el compositor de la banda sonora de las dos películas es el ínclito Ennio Morriccone.

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3. 'El gran silencio' (1968), de Sergio Corbucci

Todavía hay otra referencia a 'La cosa', y es la nieve. Pero este asunto mejor los resolvemos por la línea del 'spaghetti western', aquella facción tardía de las películas clásicas del oeste que impulsó la liga de directores italianos de los 60, como Sergio Leone en 'El bueno, el feo y el malo'. Afilando el disparo, había una pequeña rama del subgénero que era el 'snow western', películas de cowboys con paisaje nevado. La más destacable es 'El gran silencio', de Sergio Corbucci, uno de esos directores que a Tarantino siempre le han hecho tilín. Klaus Kinski, preso de la cólera de Dios, se cargaba a Jean-Louis Trintignant en un día gélido, en el que los copos se fundían en los charcos de sangre.

4.  'El día de los forajidos' (1959), de André de Toth

No es que Corbucci se inventara la combinación de montañas nevadas y bebida de 'saloon'. Una década antes, André de Toth ya había dirigido 'El día de los forajidos', la historia de un grupo de bandoleros con sombrero vaquero y casaca con forro de borrego que se apoderaban de un pueblo remoto del lejano oeste, con los accesos cortados por la descarga de nieve de los aludes. Al principio de 'Los odiosos ocho' vemos la diligencia de un cazarecompensas con las ruedas encallando sobre la nieve y a un negro plantado en medio dela carretera con cuatro cadáveres en la espalda, y medio muerto de frío. Se irán sumando otros tipos, y todos llegarán a la mercería de Minnie, donde parece que hay una cafetera caliente.

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5.  'Django desencadenado' (2012), de Quentin Tarantino

Tarantino, brazo lleno de tentáculos de la cultura 'pulp', se ha dedicado a desplazar poco a poco sus focos de interés. En 2009 se estrenó una línea de la reescritura histórica con 'Malditos bastardos', donde vemos morir a Hitler en la platea de un teatro en llamas. Con un par. En 'Django desencadenado' trató el tema de la esclavitud, y de paso hizo el primer 'western' de su carrera. Por alguna razón no tuvo suficiente, y desde los barrizales de 'Django' decidió doblar la apuesta con estos odiosos ocho. “Cuando haces un 'western', no puedes evitar enfrentarte al fantasma del tiempo. Dentro de diez o veinte años, con un poco de suerte, seremos capaces de revisar 'Los odiosos ocho' y ver en ella un retrato de la América de nuestros días”. A veces, la propia experiencia puede más que nada.

6. 'The virginian' (1962-1971)

Para inspirarse, Quentin Tarantino se dedicó a revisar los icónicos productos televisivos de los años 60, que se han ido reemitiendo hasta la saciedad a lo largo de las décadas de esplendor catódica. Como por ejemplo 'Bonanza', o, sobre todo, 'The virginian', mítico culebrón del oeste de la NBC. Dice Tarantino que en todas las temporadas había siempre un capítulo en el que los personajes eran encarcelados por un grupo de asaltantes enmascarados con gorros de felpa. De aquí sacó el punto cómico y de serie B que tiene 'Los odiosos ocho', que a pesar de los vómitos de sangre y tripas al descubierto no deja de tener un punto de humor cinético y trepidante. Juzgad vosotros.

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7. 'And then there were none' (1945), de René Clar

Y, por último, está el punto de novela de misterio, de aquellas publicadas en papel 'offset' que se venden en las cajas de saldos de los quioscos más veteranos. Escritores como Agatha Christie inspiraron a Tarantino a la hora de poner las piezas del Cluedo sobre el tablero de ajedrez. Lo mejor de todo es que los primeros tres cuartos de hora de película se entretienen en preliminares, calentando el clima para el suspense, preparando el territorio para empezar a cocer los enigmas, que son preguntas como a) "¿De verdad que esta carta la escribió el presidente Lincoln?" o b) "¿Quién coño ha envenenado el café?". Dicho esto, os dejamos con una foto de la adaptación que René Clar hizo de 'Los diez negritos', donde encontraréis perplejas miradas de incógnita detectivesca.

8. 'El mundo está loco, loco, loco' (1963), de Stanley Kramer

Y acabamos con una comedia alocada que parece una capítulo extendido de 'Los autos locos', rodada el año 1963. A primera vista tiene poco que ver con 'Los odiosos ocho', pero fuentes del equipo técnico de Tarantino dicen que el cineasta la revisó una trentena de veces antes de coger la cámara. ¿Por qué? Stanley Kramer rodó su película en 70mm, un formato hiper panorámico y muy poco usual, que abraza más imagen en cada fotograma. Y Tarantino decidió probar. Le ha quedado una película espectacular. El problema es que pocas salas de cine están preparadas para proyectar 70 mm. En España, solo la sala Phenomena exhibirá 'Los odiosos ocho' tal com Tarantino la ha concebido. Vale la pena aprovecharlo.

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