Frigo pie
Hay cosas que cambian, otras no. Los niños de hoy en día siguen formándose en la doctrina del fetichismo, chupando verano tras verano pies congelados con gusto de sirope de fresa y colorantes de todo tipo como si les fuera la vida en ello. Me pregunto cuántos Frigo Pies llegó a comerse aquel sacerdote que Buñuel filmaba en 'Él' besando las pulcras patitas de aquellos inocentes monagillos que iban a la iglesia a que les dieran la comunión, Una gran película, sí señor.