1. En casa, sentido común
Planificación es la palabra que debéis grabaros a fuego a la hora de diseñar los menús de Navidad. Hay que tener muy claro qué se comerá y las cantidades por persona, e intentar comprar solo según lo previsto. Huir del menú infantil y que los niños coman lo mismo que los adultos servirá también para ahorrar tiempo, dinero y recursos, y ellos estarán encantados igualmente: la visita de Papá Noel y los Reyes les suele hacer perder el apetito. No es necesario diseñar comidas eternas para comer bien: con un aperitivo, un primero, un segundo y un buen postre casero será suficiente. Si a pesar de la planificación sobra comida, no dudéis en congelar lo posible o darle una nueva vida: ¿por qué no hacer unas croquetas o unas empanadas con las sobras del pavo? ¿O unos buñuelos o un carpaccio si queda marisco? Si lo que le ha sobrado son turrones, siempre podéis preparar una buena mousse que se puede decorar con barquillos troceados.