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La imagen de los grandes cruceros frente a Venecia esperando desembarcar a miles de turistas podría tener los días contados. El gobierno italiano ha decidido frenar a los cruceros más grandes y ha anunciado que va a restringir la entrada de grandes barcos turísticos a la ciudad de las góndolas.
Venecia hace años que vive ahogada por el turismo masivo, y ya ha perdido más de 10.000 habitantes que no han podido soportar los asfixiantes precios y la presión de una ciudad que cada vez más es un parque temático. Venecia tiene unos 250.000 habitantes, recibe más de 60.000 turistas al dia -es decir, 30 millones al año- y además tiene la amenaza de la UNESCO de dejar de ser patrimonio de la humanidad por el exceso de turismo.
La decisión del gobierno pretende alejar a los cruceros más grandes de Venecia (los que pesen más de 55.000 toneladas) y hacer que dejen de atracar frente a la plaza de San Marcos, para hacerlo en el puerto de Marghera, en la localidad de Mestre.
Aunque en 2014 se tomó una medida similar, prohibiendo la entrada a cruceros de más de 96.000 toneladas, la nueva medida del Ejecutivo central no ha gustado a gran parte de los venecianos, que luchan por declarar la laguna como zona totalmente libre de cruceros. La polución que generan estos gigantes marinos, el miedo a que se repita el desastre del 'Costa Concordia' y la necesidad de frenar el turismo no se solucionarán, dicen, con esta medida.
Organizaciones como la World Momuments Fund (WMF), entidad independiente sobre protección del patrimonio internacional, viene alertando desde hace años que la situación en Venecia es "dramática". Y aunque la restricción de entrada de grandes cruceros es un paso importante para revertir la situación, sigue sin convencer a gran parte de los venecianos, que exijen medidas más duras contra el turismo masivo.