[title]
La Federació d'Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona (FAVB) ha impulsado una ocupación cívica y unitaria de la Rambla el sábado 28 de enero a las 11 horas. Se trata de una acción simbólica, pero al mismo tiempo muy real, que busca llenar el espacio más emblemático de la ciudad para ejemplificar el abuso que estamos sufriendo los barceloneses por parte de los especuladores.
Hasta el momento, se han sumado unos 40 colectivos, entre asociaciones de vecinos y vecinas, ONG, centros sociales y asambleas de barrio, pero desde la FAVB nos dicen que están recibiendo muchas llamadas de gente que quiere participar y de grupos de artistas que ofrecen sus ideas.
"Esta acción es un primer paso para impulsar a otros colectivos y asociaciones de barrios a que hagan cosas, que conquisten el espacio que les corresponde", nos dice Ancor Mesa, sociólogo de la FAVB.
Las actividades que se llevarán a cabo durante la ocupación todavía están por definir, pero insisten en su "carácter cívico, heterogéneo y participativo. Queremos que vengan familias, reclamamos la Rambla para hacer vida de barrio, de ciudad", añade Mesa. Todo empezará delante de la fuente de Canaletes a las 11 h –animan a que la gente que vaya se lleve el almuerzo– y seguirá con un paseo vecinal Rambla abajo sobre las 12.30 horas.
La ocupación está sostenida con un manifiesto, que engloba temáticas que preocupan a los barceloneses como el precio de los alquileres, el cierre de comercio centenarios, la gentrificación y la contaminación.
Esto es lo que denuncian y reclaman:
"-En vez de un volumen de turismo aceptable y respetuoso con la convivencia vecinal, tenemos un modelo de turismo masificado promovido por los grandes operadores turísticos.
-Tenemos unos puestos de trabajo precarios, mal remunerados, sin derechos laborales y con recortes de los derechos sociales que hacen imperiosa la derogación de las reformas laborales y de jubilación, así como la implementación de medidas de apoyo a la lucha contra el paro.
-El acceso a la vivienda digna y asequible para todo el mundo es inexistente en la ciudad. El vecindario es expulsado por la subida de precios del alquiler. Hay que parar los desalojos de espacios sociales por la fuerza.
-Queremos el espacio público para disfrutar de la ciudad y convivir, no para hacer negocio.
-Hay que parar la destrucción del comercio de proximidad, que es sustituido por tiendas de recuerdos y por grandes cadenas de moda y alimentación.
-Hay que parar la destrucción del medio ambiente por la contaminación que generan los vehículos privados y los cruceros del puerto y promover el transporte público eficiente y no contaminante, y los medios alternativos como la bicicleta.
-Solidaridad con los barrios más empobrecidos para reducir drásticamente las desigualdades sociales.
-Políticas activas y decididas de igualdad de género."