[title]
Cynthia Bennett y su novio son dos jóvenes americanos que en un momento dado decidieron adoptar un perro. Henry sería el elegido. Lo encontraron en un centro de adopción y con tan solo 14 semanas "ya era cinco veces más grande que los otros cachorros de su edad", explican. Al poco lo llevaron a una de sus largas caminatas por parques nacionales de Colorado (EUA), y Henry se convirtió en el guardián de la pareja.
Pero a las pocas semanas, el gusanillo de la adopción volvió, y decidieron ir a por un gato. Baloo, un precioso siamés, sería el elegido después de visitar varios centros de adopción. Les preocupaba la reacción que Henry podía tener tras incorporar a un miembro más a la familia, pero a las pocas horas de estar los cuatro juntos se dieron cuenta de que "Baloo se enamoró de Henry; todo lo que quería era jugar y acurrucarse con él".
Desde entonces, Cynthia, su novio, Henry y Baloo salen muy a menudo a hacer trekkings, y no dejan de subir fotos a una cuenta de Instagram de sus aventuras. Perro y gato no se separan ni un segundo, hasta tal punto que, tal y como explica Cynthia, "si toco la correa de Henry, Baloo empieza a gritar a la puerta", ansioso de salir con Henry. ¡De echo, una de las cosas que más le gusta a Baloo es viajar a los lomos de Henry!
Aquí os dejamos con algunas de las mejores fotos de esta singular pareja. Y si alguna vez os dicen que un perro y un gato no pueden ser mejores amigos, les explicáis la historia de Henry y Baloo.