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El 80% de los clubes canábicos de Barcelona tendrán que cerrar. Así, de golpe y sin mucha explicación, el Ayuntamiento aprobaba la semana pasada un plan especial que determina que los clubes y asociaciones canábicas que no estén a más de 150 metros de cualquier espacio donde haya menores tendrán que cerrar. ¿Y cuáles son esos espacios? Pues escuelas, bibliotecas, piscinas, polideportivos, hospitales… todo esto con el objetivo, dice el Ayuntamiento, de proteger a los menores. Es decir, de los más de 120 clubes de cannabis que hay en Barcelona sólo quedarán 20. O, lo que es el mismo, de los casi 200.000 socios de clubes de fumadores que hay en Barcelona, 160.000 tendrán que ir acudir al mercado negro para comprar cannabis.
El plan, que tendrá que ser aprobado por el Consejo Municipal, es el último intento del Ayuntamiento para controlar los clubes canábicos que hay en Barcelona. Quizás es, como dicen las asociaciones de cannabis, una iniciativa electoralista más. En todo caso, desde el Gabinete de Presidencia confían en poner el plan en marcha a finales de año. Es decir, que esto va en serio. “No queremos ser un referente del cannabis en el mundo” dice Trias.
La ley seca de Trias ha llegado y no parece que haya marcha atrás. Quizás sería un buen momento para que el aún alcalde se encienda un pitillo (de tabaco, claro) y piense en todo ello mientras ve una buena película. Los Intocables de Eliot Ness, ¿por ejemplo?