[title]
A todos nos hacen gracia los nombres de bares con resonancias de 'Mortadelo y Filemón': Bar Eto, Bar Tolo, Bar Mentier... Nombres supuestamente graciosos que nos remiten a un universo de tira cómica absurda. Y nos recuerdan a nuestra patria indiscutible, la infancia. De hecho, en Barcelona hay –o más bien había– unos cuantos bares y restaurantes con chiste incorporado en el nombre. Cuando paso por delante de un sitio con un nombre así, no puedo reprimir la sonrisa, y pensar que alguien que decide llamar así a su negocio al menos debe tener sentido del humor. Veamos algunos.
1. El Pollón (Aragó, 545). En el indiscutible top de mi lista no importa que esta pollería peruana de Glòries esté cerrada; todavía cuelga orgulloso el 'pollón' –más bien un pollito– motorizado. La lástima es que su cierre nos ha privado el hacer chistes recurrentes de llamada a lo Bart Simpson: "¿Está el sr. Pollón?" "¿Como te apetece el pollón?" "¿Sirven pollón a domicilio?".
2. Tasca Txondo (Passeig Maragall, 242). Sí, somos básicos. Nos hace una gracia enorme que un bar de pintxos se llame Tasca Txondo. Como los niños de cuatro años que se tronchan de risa diciendo "caca, caca" durante diez minutos. Aquí llevamos una tarde animados repitiendo "Eiiii... Vamos a comer... ¿Tasca Txondo?". Cerraron el 2022, y oye, la tortilla y los torreznos no estaban nada mal.
3. Tomate Algo (Travessera de Gràcia, 413). Ibas caminando por Travessera y de golpe veías el cartel: "Bar –dibujito de un tomate– Algo". Solo por este detalle ya valía la pena entrar a tomarse una caña y picar algo.
4. Bar Baro. Su lema era "Todo a lo grande" y damos fe que lo aplicaban. Este frankfurt-hamburguesería del Clot se dedicaba a hacer bocadillos de proporciones descomunales (ved el frankfurt de siete kilos). Y publicaban fotos con un objeto al lado del bocata para impresionar. Pero dejar un paquete de Marlboro encima de una hamburguesa para demostrar la enormidad del bocadillo es de un mal gusto total. Antihigiénico. O bárbaro. Quizá cerró por eso.
6. La Tapilla Sixtina. La realeza de los nombres de bares divertidos. En su momento, este garito de l'Eixample Derecho tuvo incluso el estatus de bar de moda. Ellos fueron pioneros de lo que en el 2005 se llamaba chill out: poner tres pufs y asientos bajos y graduar la luz en modo tenue para que el personal se tomara la mediana desparramado. Cerraron en el 2017, no sin antes advertir en su Facebook que "'La Tapilla Sixtina' es nombre registrado y hay que pedir permiso para utilizarlo". Pues como vean que en Madrid hay otra...
6. Bar Veider. (Travessera de Gràcia, 276) La 'crème de la crème' de los nombres de bar con juegos de palabras. Este bar estaba en los bajos de la antigua redacción de Time Out Barcelona. Aunque entonces se llamaba Sawu y era una especie de bar de ambientación polinesia, oscuro y sórdido como pocos (un día fuimos a tomarnos un 'cubata' y salimos por patas). Renació (y murió) como Bar Veider, un bareto heavy que tenía una máquina del millón de 'Star Wars'. Doble gracia: juego de palabras con error ortográfico por el medio. Pero dudo que a la parroquia les importe: ellos lo que querían era que la bebida les acompañara. A veces –no demasiadas– las cosas evolucionan a mejor: hoy os podréis tomar un 'mai-tai' en la muy coqueta coctelería Bar Saint Tropez, mientras actúa un 'impersonator' de John Lennon.
7. Bar Baridad. (Comte Borrell, 47). Las modas pintan, repintan, lavan y centrifugan el barrio de Sant Antoni (no hay ni un rincón que se haya librado de la tapa fina, el vermuteo 'hipster', el taco 'plant-based' o las múltiples derivaciones del 'brunch'). ¿Ni uno? ¡Mentira! El destartalado Bar Baridad es un oasis de carajillo y sordidez entre ensaladillas rusas ahumadas y tablas de queso gascón.
NO TE LO PIERDAS: Los mejores bares de tapas de Barcelona