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Berlín es una ciudad fantástica, sobre todo en primavera. Todo el mundo vive en la calle, ya que no son muchos los meses de buen tiempo. Los barrios de Kreuzberg y Friedrichshain están llenos de jóvenes que salen de juerga. En Berlín hay algunas de las mejores discotecas de Europa. Y algunos de los mejores parques del continente. Es una ciudad para pasear y hacer piernas. Y la gente es tan simpática ... que no parecen alemanes. De hecho, dicen que Berlín no es Alemania. Sin embargo, aquí tienes una serie de consejos para no hacer el tonto en la ciudad. Este es un post para los culés que irán a Berlín a ver la final de la Champions. Y para todos aquellos que visitan la ciudad por primera vez.
1. No te cueles en el S-Bahn ni a la U-Bahn: para entrar en el metro no hay que pasar ningún torno, ni en el subterráneo ni al aéreo. Los tickets se validan en el andén. Y parece que todo el mundo se cuela. Pero, ejem, estamos en Alemania y todo el mundo paga. Si te pillan, no te caerán los 100 euritos de multa de Barcelona, ¡sino 600! Y ya os avanzamos que los revisores son de lo más discretos. ¿Puede ser el abuelo que se acaba de sentar a tu lado? ¿El punk que acaba de entrar? ¡Tensión!
2. No hagas bromas sobre el nazismo: la época bárbara que va de 1933 a 1945, los años que Hitler estuvo en el poder, es una época dramática para la mayoría de alemanes. Y desde entonces han hecho mucha pedagogía al respecto, de las escuelas a los medios de comunicación. Los nazis no son ningún tabú. Puedes hablar con un berlinés de aquella época sin ningún problema, pero ni se te ocurra decirle 'nazi' a un alemán. Quizás te mete una colleja.
3. No busques el centro de la ciudad: Berlín quedó totalmente destruida después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, y, encima, un Muro dividió la ciudad hasta 1989. Resulta curioso fijarse en los semáforos de los pasos de peatones para saber si estás en el este (el hombrecillo verde o rojo que te indica si puedes pasar lleva sombrero) o en el oeste. El problema es que no hay centro. Teóricamente, es el barrio de Mitte ('medio', en alemán). Pero no es así del todo. Lo más parecido al centro sería la calle de Kurfuerstendamm.
4. No vayas en bici si no sabes: los berlineses se mueven mucho en bici. Puedes subirla al metro tranquilamente, hay carril bici en toda la ciudad y podríamos decir que la ciudad es plana. Pero para ellos la bici, como para muchos barceloneses, es el medio de transporte habitual, no con el que salen a pasear. Van muy rápido y si te despistas, te ayudarán, sí, pero quizá te claven un grito que te tire al suelo. Ah, y piensa que la ciudad es muy extensa. Si no has hecho piernas antes, quedarás destrozado!
5. No arranques ningún trozo de muro, bestia: no queda mucho muro ('Mauer', en alemán) a la vista. Hay unos pequeños hitos en el suelo que indican por donde pasaba y hay alguna zona turística donde han conservado trozos enteros. Quizás encuentres algún trozo de muro fuera del espacio guiri-friendly, con pintadas, algún fragmento arrancado, etc. No caigas en la tentación de llevarte un pedazo de la historia de Europa a casa. Es feo. Imagínate que todos los guiris que van a La Pedrera arrancasen un pedazo!