Tirsa BCN

Cuando le preguntas a Enrique Bartolomé, propietario del TirsaBCN, cómo definiría su coctelería, te esperas un tratado filosófico y te encuentras con una respuesta que descoloca: "Nosotros hacemos siempre la copa correcta". Una definición precisa e inteligente de lo que debe ser un buen cóctel, que demuestra que el Tirsa se encuentra en las antípodas de la palabrería imperante y que "si pides una caipirinha te haremos exactamente la caipirinha que esperabas", sin filigranas ni sorpresas, con un producto de calidad, precisión y oficio. La historia de este nuevo Tirsa, abierto en el Eixample, se inició en realidad en 1983, cuando Enrique Bartolomé entró a trabajar en el Tirsa de Hospitalet, un establecimiento mítico que, desgraciadamente, tuvo que cerrar las puertas el pasado 2014.

Cuando aquel espacio de la vieja escuela desapareció, Enric ya pasaba de los 50 años y se encontró con un mercado laboral hostil. Por este motivo, decidió buscar local en Barcelona y –después de pedirle al propietario del Tirsa, Manel Tirvió, que le cediera el nombre reabrir aquella coctelería legendaria: "Siempre había pensado que me jubilaría en el Tirsa. ¡Ahora lo vuelvo a pensar!".

Misma filosofía y misma carta en un local diferente y con una nueva incorporación: David, el hijo de Enric. El clan Bartolomé defiende "la copa clásica de calidad", desde los Dry Martini hasta unos medio gin-tonics (en vaso) muy populares entre un público que ha llegado, en buena parte, atraído por la fama de Enric en el local primigenio. Un hombre simpático, cercano, que sigue siendo el mismo que desde hace décadas elabora cócteles personalizados, un Enrique que mantiene la esencia pero se ha cambiado el traje: "Todavía voy elegante, pero con un traje un poco más actualizado". Una buena metáfora de este (viejo) nuevo Tirsa.