The Growler es uno de esos bares donde la cerveza es la protagonista sin pretensiones. Situado en el Eixample, este local está especializado en cerveza artesana, con diez grifos rotativos y más de 160 referencias en botella y lata. Aquí no hay postureo, solo buena birra y un ambiente relajado. Su punto fuerte es el sistema de growlers, envases reutilizables de uno o dos litros para llevarse la cerveza a casa sin perder frescura. La selección es variada, con especial énfasis en cervecerías locales y nacionales. El personal, atento y entendido, siempre está dispuesto a recomendar opciones según el gusto del cliente.
La decoración es sencilla, sin artificios: madera, pizarras con las cervezas disponibles y un espacio donde lo importante es beber bien. Un lugar ideal para descubrir nuevas cervezas o simplemente disfrutar de una pinta sin prisas. Y si os entra la curiosidad, siempre podéis pedir una degustación de cinco vasos pequeños y hacer algún hallazgo interesante. Los fines de semana, a la hora del beermut, suelen programar DJs y actuaciones en directo de pequeño formato.