Cócteles y platillos con un grado de sofisticación muy superior al que hasta ahora nos había ofrecido este maridaje en Barcelona. Ningún local ha conseguido conjugar ambos elementos con esta elegancia. Tanta que, cuando entréis en el Servicio Continuo, os sentiréis como 'gentlemen'.
El espacio tiene la solera de los clubs británicos más selectos y seduce a base de calidez, buen gusto y clasicismo: parámetros estéticos innegociables para disfrutar de una oferta de cócteles y gastronomía selecta hasta altas horas de la madrugada. Aquí el alcohol se mima y la coctelería se convierte en un estado de ánimo. Clásicos cercanos a la perfección, salpicados con algunos recursos de autor, removidos con precisión quirúrgica y marcas premium.
Probamos uno de los mejores Bloody Mary de Barcelona y un Gimlet señorial. El nivel de las copas es tan alto como el de los platillos del chef Carles Yáñez: pinchazos de cocina internacional con aires creativos y estallidos de sabor como los mejillones con curry verde, o las costillas de cerdo cantonesas. Todo delicioso. No puedo imaginar mejor combustible para regarlo que sus haikus en copa. Salgo flotando, pensando que no hay nada que se parezca al Servicio Continuo en Barcelona: un local extraído de mis sueños. El maridaje definitivo. Si todavía estoy durmiendo, que nadie se atreva a despertarme.