El final del verano es un momento mágico en el calendario, en el que se mezclan la tristeza por dejar atrás el tiempo excelente, los largos días de sol y las noches frescas, con la excitación por la entrada del otoño, que también tiene sus cosas buenas. De hecho, ya sabemos que en Barcelona el tiempo caluroso siempre se extiende hasta bien entrado el mes de octubre, así que todavía tenemos muchos días para apurar y disfrutar de esa actividad comúnmente conocida como ‘terraceo’, y que tiene su momento mágico entre el mediodía y la hora de comer, el momento del aperitivo. Si aún tenéis planes para sentaros al sol en bares cómodos, amables, en buena compañía y con una buena copa en la mano, habéis llegado al lugar adecuado, porque os vamos a proponer una selección –que se puede convertir en ruta a recorrer durante varios días– de terrazas con encanto.
Terrazas que, además, tienen en común el haber apostado por Crodino como una de sus bebidas estrellas. Crodino es un aperitivo italiano sin alcohol inconfundible: de color amarillo –y siempre acompañado de una rodaja de naranja–, burbujeante y con un sabor agridulce característico, se ha convertido en una opción favorita, cada vez para más gente, de disfrutar de una bebida con carácter e intensidad que no contiene alcohol. En la ruta de terrazas que os proponemos el factor diferencial está en que, además de servir este néctar sabroso, cada local ha creado una tapa especial para maridarla con Crodino. Si ya se os hace la boca agua, podéis ir tomando nota.