En nuestra casa tenemos poca imaginación para los nombres de bares: nunca pasamos de Bar Los Cuñaos, La Vermuteria o la Bodeguita de Pepito. Qué bonito sería que alguien aprovechara la ocasión de abrir un nuevo local para ponerle "El berberecho alegre", "El perro de dos cabezas" o "El agujero en la pared" De momento, sin embargo, hay que conformarse con topónimos, como el caso que nos ocupa, que, por suerte, se refiere a una de las plazas más bonitas de la ciudad, recóndita y por eso quizás aún no perdida y ocupada por las masas.
El Raspall recibe muchos clientes cada día, empujados, sobre todo, por la oferta efectivísima de dar una tapa con la caña, vino o vermut. Por dos euros de nada, podrás acompañar la bebida con –¡agarraros!–: hamburguesitas con guarnición, albóndigas, tortilla de patatas, tabule, brocheta tandoori, pastel de verduras, hummus, croquetas y paro que se me acabará el espacio. Como es su casa, por la noche se llena de gitanos del barrio, y también vienen, por ejemplo, los documentalistas de Metromuster (tienen su sede delante), transeúntes con apetito y todo el mundo que tenga un poco de olfato para encontrar locales que tienen algo que ofrecer.
Las lámparas de este bar están hechas a base de tuberías de cobre y bombillas de vidrio soplado. Las vigas, pintadas de azul, aguantan el techo de dos alturas. La entrada tiene una pequeña barra donde tomar un trago mientras fumas: también hay un barril que se puede utilizar para lo mismo. El rótulo del Raspall está hecho a base de botellas de quinto encaradas hacia fuera –sólo se ve el cuello como una redonda verde– y es muy chulo.
Time Out dice
Detalles
- Dirección
- Pl. del Raspall. s/n
- Barcelona
- Transporte
- Joanic (L4)
- Horas de apertura
- De 12 a 16.30 y de 19 a 2 h.
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