Cuando huyes del gentío del centro parece que también te alejes de la belleza de sus calles estrechas. Pero, en les Corts, la plaza Concordia eclipsa las pequeñas plazas de Gràcia. A mano izquierda está Rabbar, un local que te sumerge en una película de vampiros adolescentes. Paredes negras, cortinas carmesí y dubstep de fondo. Por unos instantes te transporta a Marina, a la víspera de cuando tenías 17 años, y transitabas por los bares heavys como si fuera la única noche de tu vida.
Pero este local es íntimo y ancho. La fantasía continúa cuando pides la carta y te recomiendan la especialidad de la semana, que supera en cuquismo cualquier pijama de capucha de unicornios que puedas comprar. Leche de coco, con una especie de 'irish cream', nubes dulces y virutas de colores. Sólo para la foto por el Instagram vale la pena (y es buenísimo). Si no te convence, tienes una carta de combinados que no encontrarás en ningún otro lugar.