El té matcha sigue siendo un desconocido para la mayoría de la gente que solo quiere una cosa buena para tirar adelante con su desayuno y su día. Matcha Gracias rompe la aprensión a pedir el vaso verde de las cafeterías finas: este selecto bar es el primero de Barcelona dedicado de manera exclusiva al brebaje intenso y verde. Sus propietarios son una pareja de diseñadores de Moscú, Gorge y la Dária, que lo abrieron en 2020.
¿Qué diferencia su taza verde de la de otras cafeterías? "Solo utilizamos hojas de alta calidad: las jóvenes de lo alto de la planta, que tienen más nutrientes. Y vienen de una plantación de Kyoto, tenemos la importación en exclusiva", asegura. Matcha significa té en polvo, literalmente. Estimulación relajante. La manera ideal de apreciar los matices es beberlo mezclado con agua filtrada a unos 80º. Dária me enseña la batidora con la que mezcla el polvo: un artefacto de bambú con 120 varillas. "Tiene el doble de varillas que una batidora normal. Cuanto más varillas, más se abre el sabor del té y mejor se absorben las propiedades de los nutrientes", dice.
Gorge me señala una ventaja muy interesante, aparte de sus virtudes antioxidantes: "La subida de cafeína que te da es diferente de la del café. Dura mucho más tiempo y no tiene ese componente de nerviosismo y dolor de cabeza que puede provocar una taza muy cargada, porque lleva, además de cafeína, L-teanina, que es un relajante ". Porque, por si no lo sabíais, la cafeína y la teína son la misma sustancia.
En Matcha Gracias encontraréis varias elaboraciones de la bebida–la primera vez, es recomendable el matcha latte- y bollería con el té verde en polvo que elaboran ellos mismos. Como un delicioso donut de matcha con semillas de cáñamo y chocolate blanco, y un pastel de crepes con matcha, crema de ricotta y mermelada de albaricoque. El lugar es confortable y abierto: si tenéis que esperar fuera, desde un banco podréis disfrutar del ritual de preparación.