Hay bares en los que, nada más poner los pies, ya sabes que saldrás girado del revés, estrujado como un calcetín. Pero te lo habrás pasado bomba. Es el caso de la coctelería Lucky Schmuck: el tercer local de los Two Schmucks (de las mejores coctelerías del mundo, según una lista muy bonita que hace la competencia a Michelin). Está en el Raval profundo, donde estaba el bar de bocadillos Taverna B&J, y ha mantenido un aire de desenfreno popular y sórdido. Ojo: de 18.30 a 20 horas hay 'happy hour' de cerveza –'lager' artesana local– y chupitos a 3 euros! ¡Y cócteles a 6! Y tacos brutales y bocadillos calientes –el Chopped Cheese, con boloñesa de ternera y queso fundido, clásico de NYC– a 5.
Si eres un pajarito bebedor y puntual, saldrás comido y de canto por poco menos de un billete de 10. Si te quedas, disfrutarás de una coctelería estratosférica a base de whisky y precios muy contenidos, con maravillas como el PB&J Sour, whisky de centeno infusionado con mantequilla de maní, con frambuesa, limón y huevo. Y descubrirás que en el País Vasco hacen (buen) whisky. El Gilipollas Suertudo es una gran coctelería, donde puedes comer y acabar de madrugada dando gritos sobre la mesa (haz esto en el Dry Martini y la próxima copa será en la máquina de café de la comisaría). Tienen un karaoke, una deliciosa banda sonora rockera y todo lo necesario para practicar el hedonismo corrupto. Aquí se viene a beber y a quemar rueda, no a jugar con el juego de té de Bella y la bestia.