La coctelería del hotel Casa Bonay, a cargo de Eric Stephenson, es de otra galaxia: olvidad aquella escuela de tragos de autor donde a menudo flota una torrija donde te presentan la copa coronando un centro de mesa que parece sacado de la escena de las teteras de 'Bella y la Bestia'.
Aquí el cóctel llega en una copa ajustada al trago, y la receta es de alta precisión, y de una inspiración que te inflama la cabeza al primer trago. Un ejemplo es el Bottled Aged Bamboo, un jerez fino 'amontillado' combinado con vermut Ámbar, curaçao secco y angostura bitters, que es uno de los mejores aperitivos que me han pasado nunca por los morros. O el clarified Pub Chem, que con una base de brandy español te pasea por trópico.
El equipo de sonido analógico es de otra galaxia: virtuosos del vinilo (y campeones del buen gusto) pinchan relajadamente los jueves y los viernes a partir de las 21 h.