Cualquiera que haya tenido que ir a una lavandería tragaperras -un negocio al alza- sabrá la gran tocada de narices que es llenar los minutos de lavado y secado. El mundo es sorprendente: Marta Pérez y Gerard Navas abrieron LaBar, una equilibrada fusión al 50% de lavandería y cafetería de especialidad! Hacer el café mientras pones la colada o viceversa. No estás obligado a tomar nada, pero si lo haces será en un acogedor espacio altísimo y luminoso -había sido una vaquería y tienda de muebles- donde podrás conectarte al wifi y hacer un excelente café de El Magnífico (donde los propietarios han recibido formación de baristas). Café con leche del bueno, por menos de 2 euros; lavar y secar, por menos de 7 euros (con una caña bien tirada a 1 euro para hacer tiempo!).
Por otra parte, mucha gente mayor que no se atreve a usar las lavanderías automáticas aquí puede hacerlo. La gran virtud de LaBar, 'laundry bar' (el nombre merece un premio!), es que tiene vocación de bar de barrio actualizado donde puedes tomar refrescos éticos, buen café, el vermut, cerveza artesanal, vinos naturales a copas y comer una carta corta pero cuidadosa: hummus, guacamole y pasteles caseros, y bocadillos hechos con pan de coca de Folgueroles. Y todo ello con una lavandería sin la soledad sórdida de la ropa del tragaperras.