Miscelanea, asociación de arte con exposiciones y actuaciones en directo, abrió en diciembre de 2005. En el corazón del barrio chino, se convirtió en uno de los polos artísticos de la zona. Y decidieron que reformarían una parte, el bar, para potenciar su identidad respecto de la sala, que tuviera vida propia. Y así nació Kalso: si bajas la calle Guardia, en el número 10 encontrarás un espacio luminoso con obras de arte. Si lo atraviesas, entrarás en una tienda llena de piezas de artistas y a mano derecha, recorriendo un mural precioso de Perrine Honoré, lleno de tucanes y colorines, una escalera te llevará hacia un mar esmeralda revestido de madera clara.
Ion y Fátima son el alma de Kalso: ellos se han encargado de todo, desde los muebles hasta el diseño de la carta. El nombre del bar viene de un paquete de pintura en polvo de esta marca que se encontraron en la calle el día que entraron en el Miscelanea y fue lo primero que pusieron. Como son de Donosti y de Extremadura, esto se refleja en la carta: hacen un 'marianito' donostiarra (un vermut con un chorro de ginebra y otro de Campari, 2,50 euros) o tacos 'de puchero' (de rabo de buey con 'chipotle' o de 'pringá', 4 euros dos). O una ensalada de habitas con aguacate, yema curada y menta. Precios asequibles y buen gusto.