Todo empezó cuando Atsushi Takata, chef del inclasificable japonés ya de culto La cuina de l'Uribou, pasó un día a hacer una birra por el Homo Sibaris de Sants. De esto hace ya unos años y Takata no sabía, o quizás sí, que era en un establecimiento de referencia en el mundo de la cerveza artesana en Barcelona, y que quién la servía era uno de los grandes pedagogos y activistas cerveceros de la ciudad: Guillem Laporta. Takata empezó a preguntar sobre una de sus bebidas favoritas (con permiso del sake), Laporta respondió con pasión y el resultado de este primer intercambio es una sólida amistad que se traduce en una criatura curiosísima llamada Izakaya Homo Sibaris. Un local que reúne el talento cervecero de Laporta con el genio de Takata detrás de los fogones.
Este espacio, con un ADN 100% Sants, no es nada más que un bar de tapas japonés. Y decimos tapas en el sentido primigenio de la palabra, lejos de estos carpaccios con especies de ultramar que, por algún motivo, denominamos tapas desde hace una temporada. Hablamos, con todos los respetos, de 'fritanga', a la japonesa, ideal para acompañar con birras y elaborada por unas manos experimentadas e inteligentes. En el Izakaya Homo Sibaris, Takata ha creado una carta corta y muy particular de brochetas (kushiague), que llegan a la mesa impecablemente rebozadas con panko (un pan rallado japonés ligero) y que, en palabras de Laporta, "son perfectas para acompañar de una buena cerveza, ideal para desengrasar".
La carta del Izakaya es un homenaje a las tabernas de trabajadores de Osaka, y consta de una serie de brochetas con diferentes salsas. La de vieira está buenísima, como la de pulpo y la de lechal (una bomba), a pesar de que los amantes de las verduras podrán elegir una de alcachofas o espárragos, y si vamos con hambre un curry japonés XL o una ensalada. Todas tienen el denominador común de ir a la perfección con cualquiera de las doce cervezas de tirador de la casa. "Tienen más alcohol, más acidez y mucho sabor, seleccionadas especialmente para combinar con los kushiage", dice Laporta. Este festival de tapeo sui generis tiene lugar en un ambiente entre desbarajustado y cool, entre la taberna, el bareto y el pub, un lugar que ha sabido recrear la fórmula de siempre, tapas y birras, en su versión más gurmet y cosmopolita.