Don Chufo, Nitsa, Becool ... Y ahora, El Cinco. El espacio de la plaza de Joan Llongueras vuelve a reinventarse para ofrecer una propuesta necesaria en Sant Gervasi. Totalmente renovado, interiorismo en perfecto equilibrio entre elegancia y modernidad, El Cinco tiene ahora dos facetas. En el piso superior, descansa un magnífico restaurante, conducido por el chef José Armenteros: las ensaimadas con parmesano y sobrasada, la ensalada roja y las vieiras con pies de cerdo han de ser catadas. En la planta baja está el Bar Sideral, oferta diurna de tapa tradicional cuidadosa con algún guiño a Asia.
Josep Armenteros ha construido una visión personal de la tradición catalana sin juegos de manos ni virtuosismos superfluos, sinó asumiendo riesgos en platos sabrosos y que no apelan a la infantilización del paladar ni a las modas. Ejemplos: conejo relleno de calçots con romero o perdiz con cols. Los postres -el chef fue pastelero de Gaig- también son de traca.
El sótano también nos interesa mucho. Javier Veloso, manager y director artístico, me descubre una coctelería-club donde podría quedarme a vivir; un club de música de baile y música negra finísimo (sofás y vinilos en las paredes), con un sonido imperial y rincones para todos los estados de ánimo: podrá bailar, descansar, hablar, reír...
Lo mejor es que al mismo club hay una de las barras más interesantes de Barcelona. Eric Bertran factura cócteles de altísimo nivel en plena zona de guerra. Me llega un trago con tequila, cítricos y picante que me vuelve a la vida. Los DJ Viktor Ollé y Quim Campbell encargan de poner la banda sonora y me dicen que preparan una fiesta hip-hop con Flavio Rodríguez para los domingos. ¡Templo en Sant Gervasi!