“Me gusta la idea de ser la nevera del vecino”, me explica Arnau Barba, en el Collonut de Les Corts. Ya ha abierto tres Collonuts: en Olesa, 7 y en Gran de Sant Andreu, 180. Son bares de barrio en el barrio y para el barrio. Desde la terraza de Les Corts, pienso en libertad, copa y puro. Porque en Collonut se come de cojones y a un precio reventado. "Soy de Maragall, y quería un ticket de 15 euros", explica Barba, joven restaurador de 33 años con experiencia en altas barras (Abellán, Hotel W, Moritz) y que con más socios han replicado la fórmula pero con ánimo de proximidad y no de franquicia.
En Maragall la gente se endominga para ir, en Les Corts es el bar de abajo. En todos hay la misma oferta: excelente producto local con preparaciones directas y precio rasurado. Ejemplos: tostada de cerdo de los Casals con miel (¡plato de Michelin a 2,70 euros!), o un guiso de rabo de buey (12,90) de donde comen tres. O un miércoles tarde cualquiera bajas a regalarte un buen fuet de Vic y un pincho de tortilla de patatas. Y sus 'torreznos' –gruesos, bien fritos, crujientes, una delicia– justifican la visita. Un sitio de disfrute porcino y beber bueno, bontio y barato.