[antes Bar Bodega Escala]
Esta bodega de Hostafrancs es uno de esos clásicos de los que no quedan: neveras de madera, menú de mediodía a precios populares, y sobre todo un arsenal de variaciones del 'carajillo' que pasan por cosas como la mezcla (cazalla y moscatel) o un caliente, café con una rodaja de limón, un granito de café, azúcar y coñac.