Jordi Baqués no sólo es uno de los mejores 'bartenders' de Barcelona, también es un arqueólogo de la priva. Ya dejó patente su pasión por los destilados antiguos en la desaparecida (y llorada) coctelería Sol y Sombra. Ahora, la muñeca de Jordi colorea las copas en el Bluesman del Palace. Y ha sido como poner un piloto acojonante al volante de un Ferrari. El viaje, aunque caro, es una pasada.
El Grupo Confitería se encarga de conducir el Bluesman y se nota. Su alianza con Baqués se traduce en una carta con cócteles clásicos paridos los diferentes hoteles Ritz del mundo; cócteles dedicados a ilustres clientes del Palace; recetas vintage con destilados prehistóricos y los hits eternos de la coctelería Paradiso. Copas imaginativas, técnicamente colosales, preñadas de matices y con historias a la chepa, como el A 100 Sharings (cóctel de celebración del centenario) o el Eclair Sharing, servido en taza de té, al más puro estilo ley seca.
Para acabar de rematarlo, el Bluesman tiene una cava de puros para fumar y beber como si el planeta tuviera que estallar mañana. Y no he acabado: los viernes amenizan las copas con son cubano y los jueves con soul, funk y blues en directo. ¿No tienes problema en gastarte un poco más en un cóctel? Bienvenidos al cielo.