Alex es inglés, pero me habla en un catalán perfecto de su pasión por las cervezas belgas. Su novia es de Barcelona, misterio resuelto. Abrió con un socio chipriota el Barna Brew, un santuario de la cerveza artesanal en San Antoni, con una fábrica adosada de donde salen los líquidos de los surtidores.
En Barna Brew se fabrican su propio maná y no son unos aficionados: van en serio. Tienen cervezas premiadas en concursos de prestigio y acaban de presentar una de ahumada otoñal que es gloriosa. Cuento ocho surtidores, con cervezas estacionales, clásicas premiadas y alguna marca invitada. Pedid una degustación con joyas de la casa, para disfrutar con los matices de cada especialidad, y no os cortéis con los platillos fríos y 'snacks' para maridar (muy bien la mojama con queso y aguacate).
Por cierto, si ya estáis hartos de hacer cola en el Bar Calders cada sábado, el Barna Brew hacen su 'beermut', con despliegue de conservas y las birras de la casa en lugar de vermut. Antes de salir a cuatro patas, Alex me advierte que hacen una de las mejores hamburguesas de Barcelona: si quería convocarme a un segundo asalto, lo ha conseguido... Esto todavía no se ha terminado.