Gràcia es un territorio con unas posibilidades estratosféricas de generar sinergias psicosocioculturales. Se han gestado revueltas y movimientos contraculturales a raudales, pero desde hace unos años se ha ido uniformizando y descafeinando hasta el aburrimiento. Xavi Román regenta el 134, un bar que en los 70 se llamaba Puntal y participaba de esta Gràcia a reivindicar.
Con esta voluntad de alboroto se ha asociado con el escritor Sebastià Jovani, que se ha sacado de la manga sus sesiones sabatinas Vermuts y a la Gàbia! bajo el sello Claudàtor, por donde han pasado Víctor Nubla, Infancia en Escabeche, Josep Pedrals y Roger Pelàez. Por si fuera poco, un martes al mes se hace en directo el programa de radio más rabelesiano del universo, Maximum Clatellot.
La frase que más dice la gente que entra en el local es: "¡Me quedaría a vivir!". El 134 es sinuoso, ancho y lleno de rincones: una larga barra, un rincón de sofás, un espacio para bailar, las escaleras hacia los lavabos... Los sábados hay DJs residentes como Potato (boogaloo y ritmos caribeños) o el profesor Angel Sound (lecciones magistrales). Los domingos el vermut es con música autóctona en directo, con la rumba como horizonte y grupos como Alma de Boquerón.
En 134 la caña es de Estrella Galicia, las croquetas, buenísimas, de la tía de Maytals, y el Black Russian es bueno y barato, el coctelero sabe lo que se hace. A Gràcia le ha salido un acelerador de partículas en el número 134 del Torrent de l'Olla.