Empieza el Año Tàpies, que celebra el centenario del nacimiento del artista, y la Fundació ofrece esta exposición sobre el impacto de los artistas japoneses y la cultura oriental en el pensamiento y la obra del artista. Una elección de obras, entre las que se encuentran pinturas, cerámicas y dibujos, muestran cómo Tàpies integró en su lenguaje, y en la tradición occidental que le era propia, muchas de las actitudes, imágenes y técnicas que estos artistas utilizaban.
No se trata de un proceso de mimesis, sino de asimilación de una forma de trabajar, y también de una visión del mundo que la tradición japonesa ha sabido conservar en los templos y los jardines, los poemas y las caligrafías, las cerámicas y las pinturas. Esta influencia se hace patente en obras de la década de 1970, y sobre todo a partir de la de 1980, cuando Tàpies recuperó la pincelada, que había abandonado en el proceso de las pinturas matéricas, para asociarla a la escritura, en los ideogramas. Es a partir de ese momento que sus pinturas se acercaron más al dibujo.