1. Un edificio puntero
La fábrica Casaramona fue todo un referente en la época, y por eso fue distinguida por el ayuntamiento de Barcelona como el mejor edificio de 1912. Además de ser la primera factoría en utilizar la energía eléctrica en la producción, aprovechaba al máximo la luz del sol para que los obreros pudieran trabajar con iluminación natural. Puig i Cadafalch también se rompió los sesos para que la construcción se adaptara perfectamente al terreno, a pesar del desnivel. Y todo esto sin olvidar el aspecto estético. ¿Verdad que es bonito?