Plaça Milans
Foto: Maria DiasPlaça Milans
Foto: Maria Dias

Secretos de altura: descubre Barcelona levantando la mirada

Elementos arquitectónicos y artísticos para redescubrir la ciudad

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Rótulos publicitarios, glorietas modernistas, planteamientos urbanísticos, paredes medianeras pintadas, fachadas esgrafiadas, fotos en balcones, relojes y cubiertas relucientes. Levantad la cabeza sin miedo a tropezar y canviad la perspectiva... ¡Gloria en las alturas!

El búho hipnótico

Es la herencia de la Barcelona que se iluminaba con neones, de las publicidades a gran escala coronando edificios emblemáticos (como la de Danone en Francesc Macià y la de Coca-Cola en la Gran Vía). El búho de Rótulos Roura ha resistido bastante bien las inclemencias del tiempo y también las ordenanzas municipales y posa quieto en el lugar de siempre, en la esquina estratégica desde donde observa la jungla. Fue rehabilitado en 2011 y desde entonces se ilumina con tecnología led.

Av. de la Diagonal con Mallorca (Eixample dret)

Techos nobles

Podríamos glosar eternamente el encanto de los pasajes de la ciudad, aunque se encuentren en un estado muy decadente. Como el de la Pau, con su revestimiento de cenefas estrelladas decorando bajos de las paredes medianeras de los edificios. Lo más impactante, sin embargo, son los falsos techos de las estructuras que enlazan las casas, decorados con yeso policromado siguiendo las normas neoclásicas. Uno de los dos casetones ha sido reformado recientemente, pero el otro amenaza con caerse a pedazos...

Passatge de la Pau, 11 (Gótico)

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Como un faro

Sabes que estás muy cerca de la superficie cuando divisas el templete de la Rotonda desde las escaleras de los Ferrocarriles. Impresiona esta perspectiva, que deja en suspensión el coronamiento del edificio modernista diseñado por Adolf Ruiz i Casamitjana en 1906 (inicialmente acogió el hotel Metropolitan, después una clínica y hoy es espacio de oficinas). La han rehabilitado recientemente y el conjunto aún luce. En días claros, incluso diríamos que las filigranas modernistas de tonos azules, verdes y amarillos centellean... como la luz de un faro.

Avenida del Tibidabo, 2-4 (Sant Gervasi)

Geometría pura

Giras por Avinyó a la izquierda y te metes en una calle que culmina en maravilla urbanística de la ciudad del siglo XIX. Es obligado levantar la vista para contemplar la plaza y ver cómo los edificios dibujan un polígono de hasta trece lados, en un planteamiento que recuerda la Roma barroca y las calles adyacentes de la plaza de Sant'Ignazio. El proyecto lo llevó a cabo Francesc Daniel Molina, que fue nombrado arquitecto municipal en 1855 y firmó obras como la plaza Real y el pasaje de Bacardí.

Calle de Milans con Ataüf y Gignàs (Gótico)

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El antifaz

El espíritu de Joan Brossa se extiende por la ciudad, pero en el barrio del Born está muy presente. Repasa las cornisas de los edificios hasta encontrar la letra bien colocada acostada, como haciendo equilibrios, de color rojo intenso (los vecinos informan que la acaban de pintar). Es la inicial de Brossa que con esta disposición original se convierte en un antifaz de teatro. El poema urbano, elemento patrimonial protegido, funciona como meta y recuerda el espacio que durante catorce años ocupó el Espai Brossa.

Allada Vermell, 13 (Sant Pere)

Jardines voladores

Si alzas mucho la mirada parece como si la Virgen de la Mercè volara por encima de las casas señoriales del siglo XVIII de la calle d'en Carabassa. Si la levantas algo menos -mirando por la línea inferior de las bifocales- ves los puentes que atraviesan (y distinguen) la calle, donde se forman las terrazas que originalmente debían acoger pequeños jardines voladores. Quizá no luce tan bucólico como podría, pero trazad el camino en dirección al mar y observad la postal... Es todo majestad y fuerza.

Carabassa, 15 (Gótico)

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El oasis verde

La ausencia de arbolado y vegetación en puntos grises de la ciudad se resuelve con un buen balcón. El paisajista holandés Douwe Kraan, experto en diseño de patios y azoteas, cuida de la terraza de los vecinos del principal, donde ha instalado un sistema de regadío y estructuras para hacer subir las plantas. En este momento reinan las buganvillas, está a punto de florecer el jazmín azul y pronto llegará el momento de plantar un hibisco (si entráis en el sombrío pasaje de Sert veréis como la selva se expande).

Sant Pere més Alt, 51 (Sant Pere)

Paredes relatadas

Mientras todo el mundo fotografía la fachada de la basílica del Pi y el surtido de cuchillos de la casa Roca, observamos la fachada del Gremio de Revendedores, un edificio barroco vestido con esgrafiados setecientistas (de los más antiguos que se conservan en la ciudad). Las figuras alegóricas quizás han perdido autenticidad con las rehabilitaciones contemporáneas, pero a pie de calle -y sin prismáticos- nos sigue fascinando el cromatismo del conjunto cincelado y el nivel de efectismo de las nubes.

Plaça del Pi, 3 (Gòtic)

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Palio futurista

Un gran papel de espejo doblado y desplegado con gracia e ingenio, elevado hasta 25 metros de tierra, para mirarse y reconocerse insignificante entre la multitud y fotografiarse. La cubierta es el elemento más llamativo de los Encants Vells, que se inauguraron el verano de 2013 (con unas goteras que ya son historia). Nos hemos acostumbrado al recinto, obra del arquitecto Fermín Vázquez, y su diálogo vivo con la Torre Agbar, y compramos, consumimos y paseamos bajo un palio dorado que invita a levantar la cabeza sí o sí.

Castillejos, 158 (Fort Pienc)

Siempre guapa

¿Cómo das personalidad y carácter a las medianeras situadas en lugares de paso, en tierra de nadie? La campaña 'Barcelona, posa't guapa' apostó por convertirlas en lienzo, y los franceses La cité de la création recrearon una fachada con un divertido trompe-l'œil (por el balcón asoman vecinos célebres, como Picasso, Rodoreda, Carmen Amaya...).

Plaza de la Hispanidad (Sagrada Familia)

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