10 motivos para no perderse la exposición (¡imprescindible!) ‘MiróMatisse’

La Fundació Joan Miró tiene programada hasta el 9 de febrero una muestra singular y de gran ambición artística: una comparativa enriquecedora de las obras de Matisse y Miró. ¡No os la perdáis
Exposición MiróMatisse
Pep Herrero
Time Out en colaboración con Fundació Joan Miró
Publicidad

Henri Matisse y Joan Miró fueron dos pintores muy diferentes en el fondo, aunque igual de geniales. No pertenecían a la misma generación –Matisse era 24 años mayor que Miró–, ni practicaban el mismo estilo, pero ambos participaron en un periodo crucial en la transformación del arte occidental: aquel en que la pintura comenzaba a liberarse de la forma, de la figuración, de las imágenes identificables a primera vista, para explorar otros campos estéticos y de significado. Matisse fue un impulsor de las primeras vanguardias, miembro central del movimiento fauvista, y Miró estuvo en el centro de los terremotos más significativos de principios del siglo XX, muy cercano al surrealismo. Coincidieron, se estimularon mutuamente –sobre todo en la canalización de energías creativas, y no tanto en la estética en sí–, y si observamos a fondo sus obras, veremos que hay puntos en común. De eso trata esta exposición imprescindible que acaba de inaugurar la Fundació Joan Miró.

No es habitual encontrarnos con muestras artísticas que comparen a dos figuras importantes. Las exposiciones suelen centrarse en una persona o ser grandes retrospectivas históricas generales o de grupos muy homogéneos. Sin embargo, el ejercicio de la exposición comparada no es frecuente. Este es un valor añadido de ‘MiróMatisse. Más allá de las imágenes’, la propuesta que podrá visitarse en la Fundació Joan Miró hasta el 9 de febrero, y que nos ofrece varias cosas: en primer lugar, una reunión de obras de gran valor –y en el caso de las de Matisse, muy difícil de ver juntas en Barcelona–, y en segundo lugar, un contraste que nos ayudará a apreciar mejor la genialidad de estos dos artistas en diferentes ámbitos, no solo en la pintura, sino también en el dibujo, la ilustración de libros y otras artes decorativas. Una exposición única que no se puede dejar pasar, y que podéis disfrutar con un 15% de descuento solo por ser lectores de Time Out (¡leed el punto 6 para saber cómo!). Por eso, queremos daros argumentos para reservar un día y subir a Montjuïc a visitarla. ¡La disfrutaréis!

1. Un ejercicio de arte comparado

Aunque Matisse y Miró trabajaron en tiempos y entornos no siempre coincidentes –son dos artistas separados generacionalmente y estéticamente en muchos aspectos–, esta exposición quiere indicarnos una realidad que no siempre se percibe de inmediato: existen “relaciones profundas, duraderas y constructivas entre ambos artistas”. Miró conocía bien la obra de Matisse, y el Matisse más veterano encontró en la nueva energía que Miró trajo a la pintura europea un estímulo para abordar la parte final de su obra. ¿Qué une a estos dos genios? Fundamentalmente, una voluntad de romper con las convenciones del pasado y avanzar en el enriquecimiento del lenguaje gráfico, renovando conceptos como el color, la forma y la composición de las artes. En esta muestra, el ejercicio comparativo es constante: se han seleccionado aquellas obras donde encontramos coincidencias entre Miró y Matisse, se exponen una al lado de la otra, y entramos continuamente en un juego de observación muy enriquecedor.

2. De la imagen al color

Una de las características más importantes del arte en su fase modernista y de vanguardia es que se libera de la naturaleza para convertirse en una creación aún más total: los pintores ya no pintaban paisajes, personas o situaciones, sino que pintaban la pintura, liberaban el color y la línea, trabajaban con sus materiales básicos de la manera más pura. Así como en la música o la poesía lo más importante es el sonido y la palabra, y no tanto un mensaje o una idea, la pintura de Miró y Matisse quiere representar ante todo la imagen en sus componentes básicos, y uno de ellos es el color puro. Esta exposición contrasta estas dos vías paralelas de creación, y el resultado es muy satisfactorio.

3. Vidas asimétricas

Esta comparativa se basa en coincidencias que pueden parecer arbitrarias, pero no lo son. Los impulsores de la exposición ‘MiróMatisse. Más allá de las imágenes’ –por un lado, el Museo Matisse de Niza, bajo la dirección (en funciones) de Aymeric Jeudy, y por otro la Fundació Joan Miró, con su director actual, Marko Daniel– han delegado en el comisario artístico Rémi Labrusse un exhaustivo trabajo de investigación. Básicamente, se trata de ver hasta qué punto estas dos vidas asimétricas tienen una fuerte base de correspondencia. El arte occidental se basa simultáneamente en el conocimiento de una tradición y en la voluntad de trascenderla, y esto implica disciplina, estudio y la voluntad de recibir influencias. De este modo, la exposición no es solo un placer estético, sino una oportunidad para reflexionar sobre el impacto del arte en la vida, en la nuestra y en la de los grandes genios.

4. Matisse por un tiempo limitado

Si queremos ver la obra de Joan Miró expuesta, en Barcelona eso es muy fácil: la Fundació Joan Miró conserva la colección pública de arte más importante del mundo del genio catalán. Pero, ¿qué pasa con Matisse? No solo es que aquí cerca no hay muchas obras del pintor francés, sino que es muy complicado ver tantas reunidas fuera de Francia. La principal colección de obras de Matisse se encuentra en Niza, y rara vez viaja fuera del Museo Matisse. De hecho, la última gran reunión de sus obras en otro museo fue en 2009, en la Fundación Thyssen-Bornemisza de Madrid. Esto significa que la posibilidad de ver estas obras juntas es muy limitada: el tiempo es reducido, y concluye el 9 de febrero. Aprovechad ahora, antes de que sea tarde.

5. Pasión por las artes decorativas

Esta exposición no trata solo de cuadros. Miró y Matisse no se dedicaron exclusivamente a la pintura, también trabajaron en otros campos –la escultura, por ejemplo, es un territorio común–, y en esta exposición el trabajo comparativo se extiende también a otras actividades. Por ejemplo, ambos participaron activamente en actividades de artes decorativas –dibujo sobre cerámica o en libros ilustrados–, y estas obras también se pueden admirar en la muestra, para daros una idea más completa de su universo creativo.

6. Precios al alcance de todos (¡y con descuento!)

Si queréis visitar la exposición, las facilidades son máximas. La venta de entradas permite desde una visita improvisada –se pueden adquirir en el lugar y para el mismo día– hasta una planificación exhaustiva: el precio individual es de 15 euros, y permite también el acceso a la colección permanente de la Fundació Joan Miró y a la exposición temporal 'Accident', en el Espai13, que estará abierta hasta el 19 de enero. Y si estáis leyendo esto (¡como buenos lectores de Time Out!), podéis disfrutar de un 15% de descuento en el precio de vuestras entradas comprando online en este enlace. Este descuento exclusivo para lectores de Time Out estará disponible durante todo el mes de noviembre y os permitirá reservar hasta el 9 de febrero (fecha final de la exposición). Y usarlo es muy sencillo: solo tenéis que acceder a la plataforma, seleccionar el número de entradas que queréis, fijar la fecha y la hora y, en el momento de la compra final, introducir el código TIMEOUT (promoción no acumulable con otros descuentos).

También podréis aprovechar otros descuentos si sois estudiantes menores de 30 años (9 euros), mayores de 65 o tenéis carnet de las bibliotecas públicas de Barcelona (9 euros). Los menores de 15 años, las personas actualmente en paro, personas con discapacidad y los Amigos de la Fundació pueden entrar gratuitamente.

7. ¿Por qué no una visita guiada?

La opción de las visitas guiadas en la exposición ‘MiróMatisse’ está disponible en cuatro idiomas: catalán, castellano, francés e inglés. Este es un servicio que mucha gente demanda, ya que nos permite obtener mucha más información y de manera más concentrada y útil que la que podemos obtener en una visita individual, especialmente si no somos especialistas en el ámbito que trata la exposición. Esta opción se puede reservar (no es posible hacerla a cualquier hora, es necesario consultar los horarios), y seguramente os aportará un conocimiento mucho más profundo y una experiencia mucho más enriquecedora.

8. Actividades paralelas

Del mismo modo, una visita a la Fundació Joan Miró no tiene que limitarse solo a las exposiciones, ya que hay otras actividades complementarias, como la compra del catálogo –que siempre amplía la experiencia en el tiempo– y la participación en charlas o clubes que periódicamente se celebran en el espacio de la Fundación. Ahora mismo, y relacionadas con 'MiróMatisse', hay programadas actividades como una visita con audiodescripción –30 de noviembre y 11 y 18 de enero, siempre a las 10 h–, la proyección de la película 'Pierrot le Fou' de Jean-Luc Godard, que tiene una fuerte influencia del color de Matisse –19 de noviembre, a las 17 h–, y varias visitas comentadas.

9. Actividades familiares

La propuesta de la Fundació Joan Miró también es educativa, y tanto el espacio como las actividades complementarias están pensados para una visita en familia. Si queréis saber más, en este enlace podéis reservar entradas para grupos familiares, suscribiros al boletín de la Fundación para conocer con antelación las actividades que se realizan y descubrir qué talleres se pueden hacer durante una visita.

10. Una maravillosa sala de espera

Por último, uno de los espacios más atractivos de la Fundació Joan Miró, y que funciona como un complemento perfecto para la exposición 'MiróMatisse', es la Sala de Espera. Puede parecer un simple vestíbulo, pero en realidad es una instalación artística que simula un espacio de paso y espera. Cumple con esta función práctica, pero también aporta un interesante contenido artístico con formas muy ‘mironianas’ en los cojines y los asientos. Imaginad que vais en grupo, que cada uno visita la exposición a su ritmo, y que necesitáis un sitio donde esperar. Claro que podéis visitar la tienda o la cafetería, pero la Sala de Espera es también una buena opción, imaginativa y colorida. ¡Un lugar ideal para reflexionar sobre todo lo que acabáis de ver! ¡Hay que probarlo!

Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad