La mayor exposición dedicada a Manuel Millares en una galería privada en los últimos años: reúne diecisiete arpilleras fechadas entre 1957 y 1972, el último y más reconocido periodo del artista.
El legado de Millares es una reflexión sobre la brutalidad humana; una meditación sobre las heridas tanto físicas como psíquicas que se abrieron en la Europa del siglo XX. A día de hoy, su obra todavía sorprende con una inmediatez que sobrecoge al espectador, abriendo puentes entre la memoria histórica y los conflictos actuales.