Reseña

La cocina de Picasso

4 de 5 estrellas
  • Arte
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

Picasso fue el primer artista de renombre internacional criado en Barcelona. Ferran Adrià es, de momento, el último. El uno nos ofrece una golosa, prolija exposición; el otro nos invita a los postres.
El universo culinario de Picasso es infinito: la cervecería Els Quatre Gats como punto de encuentro artístico; el cubismo y la naturaleza muerta, con la decisiva irrupción del collage; y una avalancha de temas puntuales, a la manera de ensayos, como las esculturas hechas con utensilios de cocina, la comida en la literatura picassiana, alimentarse en el París ocupado, frutos de mar, la cerámica -metáfora de que hay que cocer-, la comida al aire libre como celebración de la vida -y del 'Déjeuner sur l'herbe' de Manet-, grabados de tema alimentario... Abren la muestra dos ínfimos óleos de la cocina familiar en Málaga y cierra la monumental cocina del artista en 1948.
Como la muestra es de visita obligada, os daré algunos consejos: ¿verdad que cuando váis al restaurante no os coméis la carta entera? Pues tendréis que aparcar el afán glotón. Si os queréis encaprichar de algunas de las obras maestras venidas expresamente de París o pertenecientes a los fondos de los descendientes del artista -en especial, las del período cubista-, hacedlo. Ya volveréis otro día a ver el resto... caduca a finales de septiembre.
A través de las 180 obras expuestas podréis descubrir las comidas preferidas de Picasso: mucha fruta y verdura, ostras, erizos de mar, langostas, algún bistec. Pero no olvidéis que las naturalezas muertas, tradicionalmente, tienen significados que van más allá de la alimentación: hablan de la finitud de los placeres. Nada que ver con la sección conceptual de Ferran Adrià. Él aún no lo sabe, pero es más bien discípulo de Duchamp.

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