Júlia Peraire vendía lotería en la plaza de Cataluña y conoció a Ramon Casas en el café restaurante Maison Dorée en 1906. El pintor quedó fascinado por la joven que se convertiría en su musa y amante (más tarde su mujer) y la hizo posar una y otra vez para sus retratos. Precisamente, la Júlia que desafía al espectador con la mirada y el cuerpo arqueado bajo el mantón amarillo en 'La Sargantain' (1910) es el epicentro de la exposición con la que el Círculo del Liceu conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Ramón Casas. A partir de esta pieza y un centenar de obras, entre dibujos, carteles y objetos de colecciones privadas, se articula el relato sobre los retratos del pintor modernista, las influencias a partir de las cuales construyó su modernidad y también la especial relación que mantuvo con Júlia Peraire.